skip to main |
skip to sidebar
For the Beauty of Wynona: Daniel Lanois
Daniel Lanois es casi un desconocido para el público de rock pero cualquier músico se inclina en señal de reverencia al escuchar su nombre. Bajo su dirección como productor nacieron varios de los mejores discos de rock de la última parte del siglo XX. Por ejemplo: "So" de Peter Gabriel, "The Unforgettable Fire" de U2, "Time Out of Mind" de Bob Dylan, el primero solista de Robbie Robertson... La lista es larga y éstos son los primeros que recuerdo.
Lanois es ese tipo de productor cuyo trabajo va más allá de lo que se conoce como "producción" a secas. Su estilo personal se filtra entre las fibras de los músicos convirtiéndose él en un miembro más de la banda. En cada ángulo de cada obra resalta su buen gusto, su originalidad para crear climas. Cada producción de Lanois se sostiene en un concepto único, una idea envolvente que afecta a todas las canciones del álbum. Los discos producidos por Lanois tienen un clima Lanois. Llevan el sello y marca Lanois.
Parece mucho para una sola persona. Pero como si fuera poco al tipo le queda tiempo para escribir, grabar y producir sus propios discos. Ya lleva como cinco. Cinco joyitas. Hoy elijo éste. Quizá porque es el primero que escuché, quizá porque mi estado de ánimo pegó por ese lado. La semana próxima podría elegir otro. El comentario sería casi el mismo. Lanois tiene una genialidad que supera siempre a las palabras que la describen.
Nació en la parte francesa de Canadá. Algunas de sus canciones tienen letras recitadas en francés. ¿Puede el rock llevarse bien con la lengua francesa? ... Si lo hace Lanois, sí. Si no me creen escuchen "The Collection of Marie Claire".
Otras perlitas de este disco: "Still Learning How to Crawl", "The Unbreakable Chain" y "For the Beauty of Wynona", lobviamente.
Dixie Chicken: Little FeatFue el primer disco que escuché de esta banda. Me lo recomendó un amigo en 1977. Lo compré, lo puse en la bandeja y, tras la primera escuchada, me resultó difícil aceptarlo. No encajaba en ningún catálogo previo. Hay días en que la percepción parece endurecerse y uno debe forzarla para llegar a aceptar algo nuevo. Ese día no pude. Saqué el disco de la bandeja y lo dejé descansar. No era la primera vez que me pasaba algo así con un disco nuevo.
Unos días después lo volví a escuchar. Me fui perdiendo entre esas canciones de apariencia simple pero intrincada. La slide guitar de Lowell George sonaba celestial sosteniendo la estructura de las canciones. No recurría al truco de destacarse ejecutando un solo en la mitad de una canción. No. Las canciones se movían sobre esa slide. La percusión parecía que "iba para atrás". El piano de Payne sonaba increíble mientras la voz de George subía y bajaba llevando versos de métrica irregular y significado indescifrable. Cada canción era como un enigma que se mostraba diferente en cada pasada por debajo de la púa.
En los cuarenta días siguientes compré y devoré cuatro discos más de Little Feat. No podía salir de ese universo. Me dormía y me despertaba con Little Feat y, casi en trance, nació en mí la absurda pretensión de conocer New Orleans. Es que había leído que el "sonido New Orleans" había atrapado a Lowell George en los días de Dixie Chicken y lo había llevado a componer siete de las diez canciones de este disco. La octava era un blues de Barrere-Payne y las otras dos eran composiciones de Allan Toussaint y Fred Tackett (músicos de New Orleans). Dixie Chicken es el disco más "New Orleans" del grupo.
Sobre el final de 1979 me enteré que Lowell George había muerto. Sufrió un ataque al corazón mientras andaba de gira presentando su disco solista. Tenía apenas treinta y cuatro años y estaba distanciado del grupo en desacuerdo con el rumbo un tanto jazzero que habían tomado. Recuerdo que pensé en las joyas que Little Feat había grabado con él y en la imposibilidad de que pudieran seguir creando. Lo cierto es que, después de una disolución temporaria, el grupo se reunió y continuó. Grabaron nuevos discos pero con otra esencia. Buenos discos... pero distantes de aquellos en los que Lowell Greorge estaba presente.
Little Feat pertenece a esa rareza llamada "grupos de culto". Tienen una enorme cantidad de fans incondicionales que los escuchan y siguen a todos lados desde hace años. Fans que hoy están gordos, viejos y pelados. Fans que se reúnen todos los años, tocan, bailan y beben hectolitros de cerveza mientras Little Feat sacude el escenario. Fans que saben las letras de memoria, siguen el show de memoria y, en la hora final de los "bises", lagrimean con las canciones de Lowell George.
Pude ir a New Orleans recién en 1992. Dixie Chicken ya tenía quince años y lo encontré en una disquería de discos usados revolviendo una batea catalogada como "blues". Costaba noventa dólares. Pregunté por qué valía tanto. Después de unos cinco minutos de escuchar el inentendible inglés del vendedor me dí cuenta que la contratapa estaba autografiada por Lowell George. Unos trazos grandes de color azul un tanto descolorido. No lo compré.
Boomtown: David & DavidExtraña obrita de arte. Apareció en 1986 sorprendiendo con melodías y sonidos salidos de otro molde. No es fácil escucharlo entero en el primer intento. Va entrando poco a poco, como un tinto espeso. Las letras, si bien no me llegan del todo debido al inglés californiano, transmiten el desencanto de muchos jóvenes durante los años de Reagan en el poder. Una visión de la América exitosa que no aparecía en los medios masivos.
Increíblemente, este dúo sólo editó este disco y luego desapareció. Uno de ellos (David Baerwald) continuó su carrera en Hollywood trabajando como creador de bandas de sonido y como actor. El otro (David Ricketts) no hizo nunca más algo relacionado con la música. Como si todo su talento se hubiese exprimido por completo en este disco.